Pivotal moment
La crisis por la COVID-19 ha planteado desafíos sin precedentes a las empresas en todo el mundo, desde tener que trasladar la fuerza laboral —o buena parte de ella— a los hogares, hasta incluso tener que transformar sus modelos de negocio para sobrevivir. Los profesionales de nuestra disciplina hemos visto con complacencia como términos tan nuestros como “continuidad del negocio”, “resiliencia organizacional” o “retorno a la normalidad” han sido y vienen siendo mencionados como nunca antes. Pero la complacencia se torna rápidamente en cuestionamiento: ¿Pudimos haberlo hecho mejor?
Continuidad del negocio, según la ISO 22301:2019, es “la capacidad de una organización para continuar la entrega de productos y servicios, dentro de plazos aceptables, a una capacidad predefinida, durante un evento de interrupción”. Nuestra disciplina tiene como propósito mejorar esa capacidad, haciendo que nuestras organizaciones sean cada vez más resilientes.
El cuestionamiento que nos plantea la actual crisis radica en cuánta de esa capacidad estamos logrando que nuestras empresas tengan, o al menos que entiendan qué capacidad es la que necesitan tener. Necesitamos hacernos estas preguntas, cuestionar la efectividad de las metodologías que venimos utilizando por años, reconocer dónde se han cometido errores y, lo más importante, demostrar que hemos aprendido de esta experiencia.
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